sábado, 12 de octubre de 2013

GUISO DE GALLINA

 

 Han dicho de invitarme a un guiso de gallina.
 Hemos pasado un buen rato, correteando por todo el gallinero entre plumas y risas.
 Pero el jolgorio termina para mí cuando descubro que yo soy la gallina.


JOSÉ ÓSCAR LÓPEZ

miércoles, 2 de octubre de 2013

EL FUNERAL

 


Durante un paseo, me uní a un cortejo fúnebre. Siempre anima más que vagar uno solo y sin rumbo. No sabía a quién estaban enterrando, pero ¿qué importaba? Nosotros, los humanos, formamos todos una gran familia.
   Además, siempre se puede preguntar. Mi vecino de la izquierda del cortejo tampoco lo sabía.
  —Voy a la tintorería a recoger un pantalón. He visto un funeral y puesto que me pilla de camino me he unido. Sólo hasta la esquina y después tuerzo.
   Pregunté, pues, al vecino de la derecha.
   —¿Que de quién es el funeral? Y yo qué sé, ¿acaso muere poca gente? El banco no abre hasta las nueve, así que tengo un poco de tiempo todavía.
  El tercero, que caminaba unos pasos atrás, tampoco era capaz de informarme.
   —Yo no soy de aquí, soy un simple turista. Pero pregunte a esa señora con velo negro, la que camina detrás del féretro. Tiene pinta de ser la viuda y debe de saberlo.
  En ese momento empezó a llover y abandoné el cortejo. No voy a mojarme por alguien a quien ni siquiera conozco personalmente.



martes, 1 de octubre de 2013

HABLABA Y HABLABA

 

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
MAX AUB