miércoles, 2 de octubre de 2013

EL FUNERAL

 


Durante un paseo, me uní a un cortejo fúnebre. Siempre anima más que vagar uno solo y sin rumbo. No sabía a quién estaban enterrando, pero ¿qué importaba? Nosotros, los humanos, formamos todos una gran familia.
   Además, siempre se puede preguntar. Mi vecino de la izquierda del cortejo tampoco lo sabía.
  —Voy a la tintorería a recoger un pantalón. He visto un funeral y puesto que me pilla de camino me he unido. Sólo hasta la esquina y después tuerzo.
   Pregunté, pues, al vecino de la derecha.
   —¿Que de quién es el funeral? Y yo qué sé, ¿acaso muere poca gente? El banco no abre hasta las nueve, así que tengo un poco de tiempo todavía.
  El tercero, que caminaba unos pasos atrás, tampoco era capaz de informarme.
   —Yo no soy de aquí, soy un simple turista. Pero pregunte a esa señora con velo negro, la que camina detrás del féretro. Tiene pinta de ser la viuda y debe de saberlo.
  En ese momento empezó a llover y abandoné el cortejo. No voy a mojarme por alguien a quien ni siquiera conozco personalmente.



1 comentario:

  1. Buenos días,

    no sé cómo ponerme en contacto directo con el creador de este blog así como con el grupo que hay sobre este tema en facebook.
    Soy editora de una revista cultural Café de Letras, que se lucra de las coloboraciones. Hay una sección de micro-relatos y es por si se puede anunciar por el grupo de Face o por aquí por si alguien quiere participar en esa sección.
    Por supuesto, somos una publiación oficial y se firmaría con el nombre del autor, etc.


    Muchas gracias

    (Por si queréis echarle un vistazo os dejo la dirección: www.cafedeletras.jimdo.com ahí podéis enocntrar la publicación y descargarla)

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