
Debe llover el poema
para ser poesía.
Y aún empapando con avidez
tierras baldías,
no habrá poeta (a pesar del poema)
si antes su ser no fue mojado
por lluvias ajenas.
Calado, agitado. Erizado; inconteniblemente llovido.
Furiosamente llovido.
Absolutamente húmedo.
Debe llover el poema para ser poesía
y el poeta, tierra desnuda
expuesta a todo aguacero.
Vega Cerezo
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